martes, 18 de octubre de 2016

SINGULARIDAD. LINDES DEL CONOCIMIENTO HUMANO. (2a Parte)





Segunda Singularidad. El origen de la Vida

Cuando se formó el sistema solar hace 4,600 millones de años en la periferia de un brazo de la galaxia. Para entonces en la Tierra ya empezaba a desplegar su asombroso proceso evolutivo, aunque su órbita era sumamente inestable y que su tamaño era mayor al actual, fue la aparición de un afortunado incidente cósmico que le hizo apto para la vida. El choque con el planetoide Theia se realizó con un ángulo y una fuerza tal que estabilizó su órbita y le dio una colocación respecto a sol perfecta para que posteriormente la temperatura diera lugar a la vida; de igual modo la colisión redujo el tamaño de la Tierra de tal manera que permitió una gravedad ideal para conservar una atmósfera favorable para la vida.

El mismo acontecimiento dio origen a la luna (existe un interesante debate en torno al origen y naturaleza de la luna que expondremos en el futuro y se contrapone a lo que sostiene el Dr. Gómez). Al colocarse la luna en ese lugar y no más cerca ni más lejos, permitió por efectos gravitatorios que nuestro planeta generara un campo magnético esencial para impedir que el viento solar arrastrase nuestra atmósfera. Todos estos elementos dieron oportunidad a la explosiva diversidad de vida en la Tierra, tal como se conoce hoy día.

Tenemos, entonces, que de un “accidente cósmico”, del caos y la destrucción surgió la vida en la Tierra, de la unión de contrarios surge la Creación. En la antigüedad los alquimistas decían: conjunctio oppositorum, para expresar la unión de los opuestos, la dualidad vida y conciencia. Definitivamente “existe un grado de conciencia en la expresión de la vida”.

Pero, ¿cuáles son las condiciones subatómicas que dan origen a determinadas células?, ¿cómo es que se organiza un número determinado de ellas para dar lugar a una forma específica de vida?, Max Planck demostró que la energía está organizada en unidades indivisibles, o quantums. En tal sentido la vida, desde sus formas más simples a las más complejas, es manifestación en diferente grado (o formas específicas organizadas) de quantums de conciencia, que no es otra cosa que la capacidad auto organizativa de las expresiones biológicas de la vida y con el intercambio de energía. 

La Homeostasis, capacidad celular del cuerpo para mantener una determinada temperatura, pH, el balance de iones, nutrientes y volumen de agua, etc.; la migración estacional de especies; el perfecto movimiento coordinado de los cardúmenes; o los desplazamientos fractales de los estorninos, son apenas botones de muestra de esa “conciencia cuántica”.

¿Cómo y cuándo empezó a formarse vida en nuestro planeta? Se ha llegado a un estimado de que hace 4,600 millones de años, en el periodo pre-cámbrico, la Tierra era un magma incandescente, era, dice Héctor Gómez, “un conglomerado de ríos y océanos de lava ardientes centenares o miles de grados centígrados sometida a bombardeos casi continuos por meteoritos que producían colosales explosiones, que a su vez, permitían que el material galáctico se esparciera por todo el planeta”. 300 millones de años después, la corteza empezó a enfriar y engrosar para dar lugar al primer megacontinente, Rodinia, rodeado por el megaocéano Pantalasa, producto de lluvias torrenciales de millones de años. 800 millones después aparecieron los primeros aminoácidos, los llamados “ladrillos de la vida”. 

La formación de cadenas perfectas de aminoácidos dio lugar a las proteínas. La destacada bióloga molecular Lynn Margulis de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y la Academia Rusa de las Ciencias (esposa de Carl Sagan de 1957 a 1965) no encuentra nada que  explique el paso de la materia inerte a la materia orgánica.

Es importante detenerse un poco a señalar que la cadena de aminoácidos tuvo la secuencia exacta y perfecta, pues de faltar uno sólo ellos no habrían servido para la creación de proteínas. Y de haberse cambiado el orden de dicha secuencia, tampoco podría haber funcionado para el surgimiento de vida.

Un complejo y minucioso mecanismo, y un delicado equilibrio operan en la formación de las proteínas, que son los componentes básicos de los tejidos de los seres vivos. Una muestra de ello son las células más evolucionadas que conforman nuestro cuerpo: las Eucariotas. Esta célula tiene la peculiaridad de contar con un núcleo parecido al cerebro de los organismos más avanzados, incluyendo El humano. Dentro de dicho núcleo de la célula Eucariota se halla una molécula importante, el Ácido Desoxirribonucleico (ADN), cuya estructura es secuencial, igual a la de los aminoácidos e igualmente asombrosa.

Matemáticamente, la probabilidad de que se forme una sola cadena proteica al azar es más que imposible. El cálculo estadístico indica que el número es igual a que “no ocurrirá” (1 en 1050) y que el número 1 es igual a que “ocurrirá”. Haciendo el cálculo correspondiente se dice que la probabilidad de que haya surgido vida al azar es de 1 en 10650. Aún en las condiciones más favorables, como el experimento de J. F. Copeddge, la probabilidad de que surja una sola proteína útil para la vida es de 1 en 10161, sigue siendo materialmente imposible que haya surgido vida en la Tierra a partir de material inerte. Y para mayor asombro el cálculo para que surgiera el hipotético ser vivo de Copeddge de 239 proteínas es de 1 en 10122,470

Calcular en estos términos la probabilidad de existencia de un 
microorganismo como la escherichia coli da la increíble probabilidad de 1 en 1034, 000, 000,000

Estos números han llevado a algunos científicos a postular la existencia de un Diseño Inteligente que creó la vida; una fuerza o energía que guía y diseña, que promueve el surgimiento de lo diseñado, a todo el proceso de la vida de manera concatenada y como un solo organismo, donde todo forma parte de una unidad, ninguna parte tiene sentido por separado, como decía William Paley.

Otro acontecimiento digno de mencionar en el excelente relato del Dr. Héctor Gómez, es la denominada Explosión Cámbrica. "Resulta que después de haber vida unicelular durante más de 3,000 millones de años ; de pronto, y sin una causa determinada conocida,  comenzaron a aparecer organismo multicelulares que de pronto aparecieron y llenaron todo el planeta.


"Dichos organismos multicelulares comenzaron un proceso de transformación que culmina con los organismos existentes actualmente, incluyendo por supuesto los seres humanos... pero ¿quiénes somos los seres humanos? Una especie aparecida hace apenas 300,000 años... no existe un camino claro y científicamente probado de cómo se fueron dando los millones de cambios sucesivos  y secuenciados para la aparición del Homo Sapiens Sapiens". 

"A nivel microscópico, en biología molecular, la complejidad es aún mayor, pues los cambios bioquímicos, genéticos, enzimáticos, protéicos y morfológicos requeridos para el surgimiento de una especie nueva son de una magnitud y complejidad tales que se hace imposible una definitiva demostración empírica de cómo tan portentosos cambios pudieron tener lugar". 


Y continúa el fascinante relato de Héctor Gómez: "Plantearse que es posible formar una bacteria a partir de integrando al azar compuestos químicos y que una vez formada sólo es cuestión de tiempo para que por casualidad se forme un ser humano no está ni remotamente demostrado por ningún hecho ni prueba científica alguna". 

Sólo existen postulados y creencias, especulaciones, mejor o peor fundadas, pero sólo eso, nada concreto ni definitivamente probado. Si se puede decir que de forma gradual comenzó a gestarse un cambio que fue más allá de las características materiales o de forma de algún antepasado, un cambio que fue surgimiento de algo no material, intangible e inasible: la aparición de la capacidad de razonamiento lógico/deductivo, de análisis y de creatividad (la mente y la conciencia humana)..."

Finalmente podemos decir por nuestra cuenta que ante la abrumadora evidencia reunida en este video. Casi no queda duda de que una inteligencia consciente dio lugar a lo que conocemos hoy como universo, como planeta, como realidad. 

La perplejidad que arrojan los cálculos probabilísticos nos inclina a pensar que la propuesta de un Diseño Inteligente fue quien configuró el universo todo. De nueva cuenta, las culturas y tradiciones iniciáticas vuelven a la palestra, no para ser vilipendiados, sino para integralo a la investigación científica; bien con evidencias físicas, bien con conocimientos que deben ser descodificados.

Gracias por tu atención. Esperamos que esta información te haya resultado útil o interesante. Esperamos tu opinión.



SEGUNDA SINGULARIDAD


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